Liderazgo y cultura como pilar del crecimiento

Lleva años ganarse la confianza de alguien, pero sólo unos segundos destruirla. Esto aplica a los negocios, a nuestra vida personal y a la política. La gente necesita de alguien en quien confiar, alguien que sea fiable y que trate a sus seguidores con honestidad, justicia y buen juicio.

Específicamente en los negocios, cuando las personas buscan su próximo reto profesional, la mayoría de las veces lo deciden en base a dos factores principales: Los líderes y la cultura de la empresa. Si la compañía tiene una cultura en la que la gente se sienta segura y cómoda, y tiene líderes que se preocupan más por ellos que por el número, es más probable que esta compañía atraiga y retenga, el talento que necesitan para prosperar.

¿Por qué? Porque está en nuestra propia naturaleza. Si las personas se sienten seguras y se dan cuenta de que los valoran por lo que son y no sólo por sus resultados, las personas se desempeñarán mejor, logrando resultados de una manera más eficiente. Es sólo una cuestión de biología, no de complejas teorías de gestión.

Es importante que los líderes nunca pierdan la confianza de sus colegas o subordinados, y una de las formas más comunes de perder la confianza es tomar atajos en lugar de seguir los procedimientos adecuados. Se supone que los líderes son los que hacen cumplir las reglas y responsabilizan a los demás por seguirlas; por lo tanto, si de repente decide tomar atajos, puede terminar perdiendo la confianza de toda la organización al dar la impresión de que las reglas que él ha establecido están por encima por las de la organización.

Así que la clave para cualquier organización que quiera prosperar es que nadie esté por encima de la ley, especialmente sus líderes, atraiga a líderes que se preocupen por las personas que lideran, no sólo por sus resultados, y por tener una cultura en la que las personas se sientan seguras, cómodas y valoradas.